Por José Ángel Corral
IoT es un término o concepto que en los últimos años suena cada vez con más fuerza y que cada vez oímos más a menudo, pero ¿en qué consiste exactamente eso de “IoT”?
Según la Wikipedia IoT “se refiere a una interconexión digital de objetos cotidianos con internet. Es, en definitiva, la conexión de internet más con objetos que con personas”.
Como definición formal nos vale, pero ¿y eso qué es?
Empecemos por decir que IoT es el acrónimo de “Internet of Things”, y que la traducción más directa sería “Internet de las Cosas”, porque hace referencia a un conjunto de dispositivos que están conectados a Internet y que de forma regular suben y descargan información muy variada. Además, también hace referencia al cómo tratamos esos datos.
Ejemplos de este tipo de dispositivos, en un ámbito muy cercano como es el hogar, son: el timbre de casa, cámaras de vigilancia, dispositivos de riego automático, sensores de presencia, de temperatura, de movimiento, de consumo de energía, de apertura de puertas y ventanas, control de iluminación y de toma de corriente, termostatos, básculas, y un larguísimo etcétera.
Aunque todos estos dispositivos generen y envíen información es muy difícil que esa información genere valor por sí misma. Por ejemplo, encender y apagar una luz desde Internet no aporta ningún valor a nivel de información, pero si añadimos un sensor de presencia podríamos implementar un automatismo que permitiera ahorrar energía eléctrica de forma que si no hay nadie en la habitación se apague automáticamente la luz.
Si lo llevamos un paso más allá, podríamos decir que si no se detecta presencia en el hogar se podrían apagar las luces, la televisión, el equipo de música, los ordenadores, etc… con lo que evitaremos situaciones como irnos de viaje de fin de semana y dejarnos una luz encendida durante todo el fin de semana, ¿a quién no le ha pasado?
Este cruce de información y datos entre dispositivos (pensemos en pulseras, GPS de los coches, móviles, etc) nos llevan a extraer patrones (de comportamiento, rutinas de usuario, etc) y de ahí poder ser capaces de realizar predicciones que nos permitan adaptar servicios o consumos a la demanda prevista.
Si analizamos la información del último ejemplo, podremos saber si los fines de semana hay alguien en casa o no, cosa que serviría para ofrecer tarifas de consumo eléctrico personalizadas…
Estos dispositivos, por tanto, suponen una nueva fuente de datos no explotados hasta ahora, pero que en el futuro serán la base de los servicios que consumamos.
Por ejemplo, en algunos países las aseguradoras ya emplean estos datos para personalizar las pólizas de los seguros en base a las mediciones de las pulseras de fitness y actividad de los usuarios.
Otro caso que seguro veremos en un futuro no muy lejano, con la llegada del 5G y el coche conectado, serán los seguros con cláusulas que invaliden la póliza si las condiciones de conducción no se corresponden con la normativa legal (por ejemplo, si una persona sufre a un accidente a una velocidad superior a la indicada en la vía).
Pero volvamos a ejemplos más cercanos como el hogar conectado.
Desde hace un año, se han puesto muy de moda en los hogares los asistentes virtuales (con los Google Home y Alexa a la cabeza), que nos permiten controlar las luces de casa, termostatos, aspiradoras, y un sinfín de dispositivos más.
El año pasado saltó la noticia de que una famosa marca de aspiradoras autónomas recopilaba los planos de la casa que realizaba durante su recorrido (en el modelo concreto aún no se enviaban por Internet pero se podían extraer durante las reparaciones) para después venderlos a otra famosa compañía que ofrecía muebles para la casa (a través del análisis de los planos podían saber qué muebles tenías ya en casa)
Aquí entraríamos en temas de privacidad de la información (en los que no voy a entrar), y de cómo de propensos somos a dar información a terceros sobre nuestro ámbito privado, pero más importante aún es el tema de la seguridad.
Existe un punto negativo, o al menos a tener en cuenta a día de hoy con estos dispositivos, y es que pocas empresas se han preocupado en la seguridad en estos dispositivos. Como consecuencia de ello muchos dispositivos no encriptan las comunicaciones ni implementan protocolos seguros, con lo que el acceso a nuestra red WIFI, y por tanto a todos los dispositivos conectados a la red, se podría ver comprometido.
No pretendo con esto asustar ni alarmar a nadie, sino simplemente concienciar a la hora de mirar y elegir adecuadamente qué elementos incluimos en nuestra propia casa.
Por supuesto el tema IoT no se centra exclusivamente en el ámbito del hogar conectado, sino que se eleva a su máxima expresión en ámbitos empresariales.
Pero avancemos un poquito más, y veamos un nuevo concepto: IoE.
El concepto de IoT está evolucionando en los últimos años hacia otro concepto que oiremos cada vez más a menudo, el término IoE o “Internet of Everything”.
Cuando hablamos de IoT, hablamos de aplicaciones que recolectan datos y de dispositivos que hablan entre sí, pero cuando además hablamos de la interconexión inteligente de personas, procesos, cosas y datos, hablamos del Internet of Everything (IoE). Un mundo en el que miles de millones de dispositivos, con sensores para detectar, medir y valorar el estado, se encuentran conectados mediante redes (ya sean públicas o privadas) y protocolos estándar.
Lo más importante de este nuevo “Internet de Todo” es que creará millones de nuevos dispositivos que recopilarán y emitirán datos en tiempo real, y como, hoy en día, “Los datos son dinero”, deberíamos tener muy en cuenta los temas relativos a la privacidad y la seguridad.
A nivel práctico, y para comenzar a trabajar con este tipo de tecnología y dispositivos, no necesitamos complejos sistemas de procesamiento de datos o conocimientos técnicos. Como un primer paso a este mundo del Internet de las Cosas no hay nada más sencillo que comenzar por IFTTT, abreviatura de if this then that.
IFTTT es un servicio web gratuito que permite conectar aplicaciones y dispositivos por medio de recetas llamadas applets. Para comenzar a usar el servicio, basta con crear una cuenta y empezar a crear tus propios applets o usar los applets subidos por otros usuarios.
¡Así de sencillo y así de fácil!